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Colección de asombros
ABC
ABC DE LAS ARTES
Julio de 2006
JOSE LUIS GARCÍA MARTÍN

Poesía colombiana.
Antología esencial.
Ramón Cote Baraibar
Visor. Madrid 2006
435 páginas. 20 euros

Desde las primeras líneas del prólogo se muestra Ramón Cote preocupado por la tardía llegada del vanguardismo a Colombia. Les faltó un Westphalen, un Rosamel del Valle, un Girondo, incluso, más pintorescamente "un Gangotena acompañando a Michaux por el Amazonas". Pero el lector no añora ninguno de esos nombres. Ni siquiera lamenta que no haya "un Huidobro creacionista" o un "Borges ultraísta". Lo que importa en este libro, como en cualquier antología, son los textos memorables que nos saltan a los ojos.
La poesía del siglo XX en Colombia –título de la cubierta, distinto del de la portada- está llena de sorpresas y deslumbramientos, emoción y verdad, algún humor e inacabable melancolía. Al estudioso le interesan generaciones y clasificaciones, rupturas y continuismo; al lector descubrir poetas que le enriquezcan, que pueda releer sin que se agoten nunca. Como el Eduardo Carranza de la definitiva "Epístola mortal", muy diferente de los preciosistas sonetos, o Jorge Gaitán Durán, tan recordado por Juan Luis Panero, para quien el goce de vivir es paradójicamente "la fiesta/ en que más recordamos a la muerte".
De Álvaro Mutis esta antología subraya la importancia del poeta, oscurecido por el narrador: "Cada poema un lento naufragio del deseo/ un crujir de los mástiles y las jarcias/ que sostienen el peso de la vida". El desenfado de Jaime Jaramillo Escobar compensa la solemnidad retórica que pudiera haber en otros autores (inolvidable el humor negro de "Aviso a los moribundos", el desenfado de "A Guillermo Valencia"). A Darío Jaramillo se le ha publicado insistentemente en España; sus poemas de amor son de una sorprendente y eficaz sencillez expresiva. Juan Gustavo Cobo Borda prefiere ironía y diatriba: "País mal hecho/ cuya única tradición/ son sus errores./Quedan anécdotas/ chistes de café,/ caspa y babas./ Hombres que van al cine/ solos./ Mugre y parsimonia." La sequedad reconfortante de María Mercedes Carranza constituye otra de sus sorpresas.
A cada lector aguardan sus propios descubrimientos. De los nuevos nombres yo me quedo sobre todo con un poema de Piedad Bonnett, "La venadita" y con otro de William Ospina, que copio íntegro: "En la punta de la flecha ya está, invisible, el corazón del pájaro./ En la hoja del remo ya está, invisible, el agua./ En torno del hocico del venado tiemblan ya, invisibles,/ las ondas del estanque./ En mis labios ya están, invisibles, tus labios."

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