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Los hermanos italianos Francisco y Vicente di Domenico llegan al país en 1911. Ya en 1919 tenían en Barranquilla el Teatro Colombia con capacidad para 5.500 espectadores donde además del cine su escenario podía adaptarse a compañias de danza, drama, opereta y zarzuela y la platea transformarse "en amplio circo para toros y circos ecuestres", además de contar con amplios salones para reuniones, bailes y soirées.
Asi lo anunciaban orgullosos en su revista PELICULAS cuyo numero 122, fechada en mayo de 1919, era dirigido por Francisco Bruno. En ella se entrevista a Vicente di Domenico rodeado de fotos de actrices italianas como Francisca Bertini en pose tragica. Comprar una pelicula como Cuatro pecados de esta diva le habria costado 20. 886 liras. Las entradas por una noche en Bogota van desde 580 dolares a 1. 036. Al salir de Italia, hace 12 años, este admirador de "los nobles reyes de Italia", tenia un capital de 25. 000 liras. Vendió telas y bisuterias y descubrió más tarde la veta del cinematógrafo. 25 millones de espectadores en el mundo entero que en 100. 000 teatros dejan en las cajas de los cines 50.000.000 de francos por día. Ahora esta sociedad familiar de seis socios, proveniente de Salerno, de un pueblecito llamado Castelnuovo di Conza, distribuye sus peliculas de Chiquinquira a Cartago y de Tumaco a Pereira. Publica en su revista poemas de Leopoldo Lugones, Alfonsina Storni y Nicolas Bayona Posada y prosas de Luis Tejada, Armando Solano ("Maître Renard") y Baldomero Sanin Cano. El presidente Pedro Nel Ospina les pedía ver nuevas peliculas y alli iban, a Palacio, de carrera, con los equipos para ofrecerlas a grandes y chicos.
Registraban en esa revista las disputas belicas por el FIUME y sacaban
avisos de página entero de su compatriota Tito Ricci quien en marmol
de carrara había realizado un monumento de 13 metros de altura
colocado en la Plaza de los Mártires de Tunja.
Emprendedores, infatigables, Vicente di Domenico haría en 1923 Aura o las violetas, una de las primeras peliculas colombianas. Aquello que las casas Lumiêre o Pathé habian iniciado, desde Paris, enviado fotografos ambulantes por todo el mundo, daba frutos en la remota Colombia.
Vicente terminaria en Barcelona, España, pidiendo noticias sobre
Colombia y Francisco como hotelero en Villeta. El tropico absorbio asi
su energia empresarial y su vision futurista de los negocios. La
revista PELICULAS que aun seguia publicandose en 1922 por sus
articulos, biografias de actores y actrices, y fotografias del "arte
cinematografico y teatral" es indudable pionera de lo que pudiera
considerarse una critica cinematrografica traducida, aclimatandose
poco a poco en Colombia. Pero lo relevante es volver a disfrutar la
emocion de esos avisos promocionales al hablar de esa "monumental
serie de Pathé" y suscitar la curiosidad con afirmaciones como "Los
episodios de mayor sensación. Puede decirse que en esta serie no hay
un instante en que el publico no esté intrigado por la notable trama y
el misterioso desarrollo" Como quien dice : cine en estado puro.
Cuando Guillermo Cabrera Infante, el gran novelista cubano, fungia de
critico cinematografico en La Habana, en las hoy legendarias revistas
Bohemia y Carteles, con el seudonimo de G. Cain, se despidio de ese
oficio con un adios en libro Un oficio del siglo XX, donde reunia su
trabajo de 1954 a 1960. Su ironica y melancolica pagina final
consignaba un agradecimiento :
"A los desconocidos amigos de Guion de Bogota, un apreton de
manos y un murmullo ininteligible y agradecido por la apologia,
que parece un estirado pesame"
El mundo habia cambiado, el cine , crecido, pero Colombia, al parecer,
seguia alimentandose de productos extranjeros. En este caso, de los
filmes norteamericanos y las peliculas mexicanas. Asi lo atestigua un
singular periodico-revista llamado Cine noticias que en su año II, N¬&Mac186;
4, y dirigido por Alberto Rojas Gaona, aseguraba en la decada de 1950
tirar 10 000 ejemplares. Publicaba fotos sugestivas de Maria Felix y
Martin Carol y ofrecia informacion sobre el mundo del cine en el
exterior (Judy Garland) o el latinoamericano, donde Jorge Negrete
interpretaba a Marcos Vargas, personaje de Romulo Gallegos en su
novela Canaima llevada al cine o Libertad Lamarque era la mujer X en
la pelicula del mismo nombre.
La llegada de Eastman Color y las semanas de homenaje al cine mexicano
donde en 12 ciudades y 20 teatros se exhibirian en forma simultanea
peliculas como Escuela de vagabundos con Pedro Infante y Miroslava o
Un extraño en la escalera con Silvia Pinal y Arturo de Cordova, ademas
del Robinson Crusoe de Luis Buñuel, realizado en Mexico, su nueva
tierra de aopcion, comprueban que de las peliculas italianas de los Di
Domenico habiamos pasado a las mexicanas, promovidas por
distribuidores y embajadas. Y del invento del Pathé al CINEMASCOPE,
como se anuncia en esta ocasion: En el Teatro de la Comedia la
primera produccion en CINEMASCOPE de la Universal filmada en
TECNICOLOR: Atila frente a Roma con Charlton Helston y Lumille
Sherina.
Paramount, por su parte, promovia VISTAVISION con Los diez
mandamientos de Cecil C. de Mille.
Warner pagaba su aviso de El caliz de plata con Pier Angeli, Jack
Palance y "su gran debut" : Paul Newmann.
El cine venia de Hollywood, lo comercializaban las transnacionales y
estas publicaciones reproducian de formaliteral sus comunicados de
prensa, los desde siempre sabrosos chismes de romances y rupturas y
las atractivas fotos de las casas distribuidoras.La farandula, en fin.
Pero el cine colombiano no terminaba de aparecer. El editorial de
agosto 27 de 1955 al hablar de la presentacion de una nueva pelicula
nacional que no menciona dira:
"Ninguna pelicula, ya sea bogotana, caleña o antioqueña ha tenido el
aplauso del publico. Es cierto. Es cierto que los teatros se han
colmado de bote en bote ... pero al publico colombiano no podemos
seguirlo estafando con "cosas" que dicen ser una pelicula y no
dejan de ser sino unas "mamarrachadas" del peor gusto"
La filmacion en Cartagena y Barranquilla de escenas de Llama al viento
basada en la novela de ALfonso Lopez Michelsen Los elegidos en
produccion mexicana con la actriz Adriane Walter. En 1984 director y
actores rusos la volverian a llevar a la pantalla con el aporte
colombiano de Amparo Grisales.
Los 350 000 dolares que ganara Cantinflas, por La vuelta al mundo en
80 dias cierra este recuento donde el pelado del habla popular
enrevesada de las clases bajas de Ciudad de Mexico se convierte en el
criado del flematico caballero ingles que honra una apuesta de club.
Ahora se llamara Passepartout : un comodin.
Los asistentes a los teatros Faenza, Imperio, Americano, Aladino,
Coliseo, Comedia, El Cid, Mogador, San Carlos, San Jorge, Metro o
Teusaquillo, los tradicionales de la epoca en Bogota, aceptaran la
version comercial y edulcorada de un representante decisivo de la
cultura popular latinoamericana, en su version norteamericana para
exportar.
El negocio del cine, hecho de arte y tecnica, de innovacion y
comercializacion, continuaba su marcha.
La verdadera aparicion de la critica de cine coincide con aquellos
años cuando Jorge Gaitan Duran la inicia en El Espectador y al irse a
Europa se la deja a Gabriel Garcia Marquez que la ejerce de febrero de
1954 a julio de 1955 en dicho diario. Y cuando Gaitan Duran y Hernando
Valencia Goelkel fundan MITO (1955-1962) y Valencia Goelkel critica y
analiza peliculas en Cromos. Ese es el autentico punto de partida de
la crítica de cine en Colombia.
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