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Desde su primer novela de 1963: La ciudad y los perros, una de las estrategias narrativas que mas utiliza Mario Vargas Llosa (Arequipa, Peru, 1936) es el contrapunto de dos historias, diferentes y paralelas, que permiten constrastar situaciones y caracteres. Donde este procedimiento alcanza un insospechado viraje es en su novela El hablador (1987) donde la historia de la tribu amazonica de los machiguengas se contrapone, en apariencia, a las historia de su amigo judio Saul Zuratas que habia entrado a estudiar derecho, junto con Vargas Llosa, a la Universidad de San Marcos, en Lima. Tenia un gran lunar morado que le cubria todo el lado derecho de la cara y por esa razon, decia el, lo llamaban Mascarita.
Lo fascinante de esta historia, narrada en capitulos alternos, y en
dos lenguajes por completo diferentes, es que el propio Vargas Llosa,
invitado por amigos, viaja al Amazonas y escucha de un investigador
gringo del Instituto Linguistico de Verano, la historia un tanto
incidental y sigilosa de el hablador. Un indigena que recorre las
tribus dispersas y nomadas contandoles historias, interminables
historias, donde la mitologia de la triba, el poder fundador de la
saliva otorgandole vida a las cosas, la presencia totemica de los
animales de la selva, conviven con sus peripecias y anecdotas
personales, y asi mantiene, gracias al solo poder de la narracion
oral, una identificacion cohesiva de esos hombres errantes y en
peligro de extincion, ante la mal llamada civilizacion de caucheros y
depredadores de bosques y fauna.
Todo ello para descubrir, al final, perplejos, fascinados, atrapados en el rapto de un lenguaje poetico y en la sobriedad de una prosa expositiva, que el nuevo hablador de la tribu no es otro que Mascarita, el judio culto Saul Zuratas, que ha llegado, en sucesivos viajes, a compenetrarse de tal modo con los arcanos de esos seres prehistoricos, con su sabiduria ancestral en botanica y comprension de la naturaleza, con su memoria activa en analogias y leyendas aun validas. Desde un viaje al Alto Marañon, a los 22 años, en 1958, la selva marco a Mario Vargas Llosa y le ha otorgado por lo menos tres novelas : La casa verde, Pantaleon y las visitadoras y El hablador. Y quizas tambien una cuarta, en la que ahora trabaja, sobre un irlandes que murio ejecutado y que en 1912 visito el Putumayo y la Casa Arana, denunciando la explotacion de los nativos. Una denuncia eficaz que daria incluso origen a que Pio X escribiera una enciclica condenando la situacion, titulada Lacrimabili Statu. Pero esta novela, cuyo titulo provisional es El sueño del celta, no fundira dos historias sino tres, o quizas mas, donde estuvo el personaje: el Congo del rey Leopoldo de Belgica, otorgado graciosamente por las potencias europeas a quien se consideraba un benefactor de la humanidad y no era mas que un explotador sin escrupulos; su viaje a la selva peruana y su caracter de fundador clandestino del IRA, oponiendose a la dominacion britanica en su patria. Una historia. No: miles de historias que crecen, se bifurcan, proliferan, hasta volver la realidad ficcion. Quizas por ello una de las preguntas centrales de la obra de Vargas Llosa es : ¿Como nacen las historias?. Una de las pistas nos la da en el propio El hablador al reconocer, a partir de alli, el embrujo que le suscitan las figuras de los troveros ambulantes de los sertones bahianos 'que acompañados por el bordon de su guitarra entreveraban, en las polvorientas aldeas del Nordeste brasileño, viejos romances medievales y chismografia de la region' (p. 158-159).
O el seanchai irlandes, que incluso hoy en dia, en los pubs, es 'decidor de viejas historias', que pueden remontarse a los mitos y leyendas celticas. A lo mejor, ¿porque no?, aparecera uno de ellos en la novela en la que ahora trabaja, y que lo tiene por estos dias en Irlanda, siguiendo los pasos de ese Sir ingles fusilado por la Corona, debido a su nacionalismo irlandes. Por todo ello, y si queremos disfrutar, el inagotable archivo en donde se hallan encerradas, estas, y muchas otras posibles historias, nada mejor que el Diccionario del amante de America Latina (Barcelona, Paidos, 407 paginas) donde se hallan agrupados, en orden alfabetico como corresponde, ciudades, paises, personajes, temas y mitos que han intrigado a Vargas Llosa y lo han llevado a escribir sobre ellos. Alli estan Jorge Amado y la Amazonia, alli conviven Aracataca, Borges y Fernando Botero, alli esta una magistral descripcion de lo significa el peruanismo 'huachaferia, viajes por la selva, el sertao y las ruinas legendarias del esplandor inca, Fidel Castro y Chabuca Granda. Un gozoso diccionario para un disfrute inagotable.
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