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Me ladra
desde las praderas del cielo.
Esa silueta que provenía de la China,
del Palacio del Emperador
a la vez guardia y heraldo
al pie del trono,
quizás de jade o terracota.
Con su sabe gorguera
como abrigo de aristócata ruso
salía a pasear
y volvía exhausto.
Contaba muchas cosas de lo que había visto
y luego se tendía en el fresco baldosín de la cocina.
Guerrero yacente en su merecido reposo.
Juan Gustavo Cobo Borda
Doctor Kafka
Poesía Letra a Letra
p.33
©2015
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