Uno de los temas recurrentes y obsesivos dentro de la pintura colombiana ha sido cómo
lograr que el drama de la violencia pueda llegar a tener una dimensión y una estatura artística que sea capaz
de trascender algo que es muy dramático. Grandes pintores como en el caso de Goya o en el caso de Picasso
se han enfrentado un poco a aquello que no tiene lenguaje, que es por definición mudo y obtuso, como es la muerte.
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